Valentina Montenegro: «Al estar tan unidas, podemos hacer cualquier cosa»

octubre 11, 2025

La 9 de las Hispanas habla antes de los cuartos de final de la Liga Femenina.

Por Jaime Zúñiga

Valentina reflexiona, ríe y se emociona mientras repasa su camino: desde los primeros toques a la pelota bajo la atenta mirada de una gloria hispana, hasta su presente como dentista, futbolista e hija orgullosa de raíces chileno-uruguayas.


Tiempo Libre

—¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Mi vida es súper activa, de cierta forma; si toca algo más regenerativo, me gusta ir a un cerro, ir a la naturaleza. Y si no, trato de leer, porque estoy entrando en la etapa de leer por querer; entonces, eso siento que me tranquiliza, me lleva a un modo zen.

—¿Qué libro leíste últimamente?
—El que más me gusta: Sorprende a tu mente (Ana Ibáñez), uno de los mejores libros que he leído. Me lo pasó mi prima. Te enseña a manejar la ansiedad en distintas situaciones a las que uno se tiene que enfrentar en la vida. Está bueno.

Dentista y Futbolista

—A casi un año de tu titulación, ¿cómo llevas el rol de dentista y futbolista? Tengo entendido que atiendes los lunes, martes y jueves por las tardes.
—(Ríe) Exactamente. También hay flexibilidad los miércoles y viernes. Te piden hora y, si en verdad no puedes lunes, martes o jueves, hablo con la clínica (Odontia) y coordinamos. Si hay una hora disponible, se puede, siempre. Ellos me dan todas las facilidades, en verdad. Uno de los dueños es hincha número uno de Unión y me apoya bastante.

Corazón Celeste

—¿Cómo es tu historia familiar?
—Yo nací en Chile, mi mamá es uruguaya y tengo buena relación con toda mi familia por parte de mamá. Todos los febreros de mi vida siempre fui allá; ellos también vienen, vamos. Es una relación bien cercana con Uruguay. Estoy pololeando con un uruguayo y mantengo la conexión con Uruguay.
—Eres de Nacional. ¿Por qué te gusta El Bolso?
—Mira (ríe). Es más emocional. El tema es que siempre, en el verano, nos juntamos porque mi padrino es de Nacional a muerte. Siempre buscamos un local para ir a ver el partido con pizza, una típica pizza uruguaya muy rica. Era toda una ceremonia para buscar un lugar; te queda esa sensación de familiaridad. Toda mi familia es de Nacional y me gusta mucho.

Té para 3

—Ya sea tu mamá o papá, uno siempre viene a ver a la Unión, estés tú o no jugando. ¿Qué los motiva a venir?
—Mi mamá siempre me ha acompañado cuando jugaba vóley, también ahora que juego fútbol, pero mi papá no lo entendía mucho. Somos de Los Andes, entonces vamos, venimos, estamos en esa, y mi papá sí o sí está establecido en Los Andes. Siento que ha sido una unión que yo juegue fútbol; así, él viene todos los fines de semana a verme jugar. Es un panorama, como una actividad familiar, claro. Cuando tampoco juego, voy al estadio y le digo: «Papá, ¿vamos a ver el partido?» Eso pasó hace poco, cuando mi mamá estaba de viaje y mi papá estaba en Los Andes solo. Se tomó un bus, viajó hasta Santiago y me acompaña a ver a la Unión. También es un momento de compartir con los dos, en realidad; me genera una conexión fuerte con mi papá que antes no tenía tanto con el vóley.
—Tu papá (Sergio) es un personaje dentro de la barra.
— Pocas veces he estado con ellos viendo el partido; de adentro no los escucho, escucho a mi mamá normalmente que grita: “¡Vamos! ¡Despierten!”, que es la frase clásica de mi mamá. Mi papá le tira bromas al lineman, cosas así; se ríe mucho de los comentarios que dicen alrededor, lo pasa bien.

CR7

—¿Cuál es tu jugador favorito?
—Me gusta mucho Cristiano Ronaldo. Si bien es talentoso, es muy trabajado; lo notas en su físico. El loco es muy cuadrado, estructurado. Para llegar donde está hay que tener talento, pero tiene un alto porcentaje de esfuerzo y trabajo. Por más que sea muy egocéntrico, lo que sea, me da lo mismo. Yo miro eso como un atleta.
—Hiciste fútbol, voleibol, fútbol sala y volviste al fútbol. ¿Qué te motiva a competir?
—La competencia me gusta mucho: cumplir objetivos, ver mejoras, hasta dónde puedo llegar, ver el crecimiento.

Yemo Yávar

—Estuviste en Unión Española a los doce años con Guillermo Yávar (exjugador de Unión Española, campeón y goleador en 1973).
—Era una categoría menor a la adulta, no tengo tantos recuerdos. Venía ciertos días a la semana; yo viajaba nomás desde Los Andes, tomaba un bus. Como mi mamá trabaja en la Facultad de Medicina de la Chile (doctora María Carmen Molina), me pasaba a buscar a la calle Catorce de la Fama, que queda cerca. Desde ahí me llevaba a Unión a entrenar.
El profe Guillermo me abrió sus puertas, hasta hoy tenemos contacto. Cuando entré a la Católica en 2019, me dijo: «Qué bueno que te decidiste por el fútbol». Porque a los doce años fue muy poquito lo que estuve. A la par del fútbol, estuve con vóley en cierta parte del periodo, también en Santiago, entonces viajaba con compañeras del colegio. Me fui metiendo más en el vóley, hasta que llegó un momento en que dije: «Ya quiero dedicarme al vóley». Fue una decisión donde el profe se puso triste.

—¿Ese paso por Unión fue motivado por ti?
—Por mí. En el colegio me gustaba hacer de todo. Mi mamá es muy deportista también, ella jugaba vóley, me metía a los entrenamientos, siempre peloteando, jugando con mi hermano. Al frente de mi casa hay una plaza: jugábamos fútbol, vóley, poníamos hasta una red entre palmeras.
En su momento le dije a mi mamá que quería jugar fútbol. Claro, mi hermano jugaba a la pelota. Mi mamá averiguó qué era lo más cerca que tenía y dijo: Unión Española. Justo una compañera de trabajo de ella era de la Unión Española, con familia española y todo el tema.
Mi mamá apareció un día, me mandó en bus, yo chica. Vinimos acá, me acuerdo que le habló al profe: lo estuve llamando, vengo con mi hija. Y el profe dice que estamos fuera de plazo, que es imposible o que soy muy chica todavía.
Mi mamá le decía: déjala solo que entrene un día. Lo que contaban es que el profe me vio correr, y aceptó. Como corría, parece que me leyó que podía ser deportista. Me cuidaban como hueso santo, me querían mucho. Era él con la paramédico; los dos me cuidaban mucho. Hemos tratado de coordinar un regalo de parte de mis papás, pero ha sido muy complejo. No ha estado viniendo por estar complicado de salud. Cada vez que lo veo, es algo muy lindo.

Presente Hispano

—¿Cómo describes tu segunda temporada en Unión Española?
—Con altos y bajos (es una de las goleadoras del equipo, con seis tantos, al igual que Bárbara Medel y Margarita Collinao). Ahora me lesioné, fue complicado. Me siento muy afortunada de estar compartiendo con las jugadoras que están en este momento. Me hacen crecer en todo sentido, como la Dani (Pardo), la Pez (Bárbara Muñoz), la Ámbar (Soruco).
Muchas compañeras tienen herramientas y experiencias; como la Margarita (Collinao), que me dice cosas claves. Te impulsan mucho a ese crecimiento. Entonces, el grupo en sí es muy unido, muy lindo equipo.
—¿Algún partido de la temporada actual del que estés especialmente contenta?
—La segunda vuelta con Coquimbo (fecha 20). Estábamos empatando, yo entré e hice el gol del triunfo (2-1), y le ganamos a Coquimbo, que era un equipo muy fuerte.

Playoffs en el horizonte

—¿Cómo estás para los playoffs frente a Deportes Iquique?
— Estoy recuperándome de una lesión complicada igual —bíceps femoral de la pierna derecha—. Es una zona que tiene una probabilidad del 80% de volver a abrir, entonces estamos ahí, con mucho cuidado.
Es un partido al que no llego con tanto fútbol, estamos esperando la evolución. Hice todo lo posible, con Meds (clínica), desde el día uno, con el convenio de ANJUFF. Voy todos los días. También hago kinesiología aquí con la Carla (Silva); ella me hace un espacio entre todos sus pacientes.
Me ha acompañado en este proceso y está muy preocupada de mí. Le agradezco mucho.
—¿Y el equipo?
—Al estar tan unidas, podemos hacer cualquier cosa. Si bien te hablé del lado humano —está bien, hay que prepararse en lo físico, aeróbico, táctico y técnico—, uno de los factores más importantes nuestros es que nos sentimos unidas. Así que, estemos como estemos, vamos a sacar las cosas adelante.


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